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Friday, November 30, 2007

MATERIAL RESISTENTE AL OLVIDO.

Del Loco Di Palma hay mil, pero mil posta, literal. Y son “heroicas” todas. Como aquella vez, que en ruta 8, íbamos a 205 por hora en la ruta, y por ahí nos pasó un Renault 4 L color verde agua, como si estuviéramos parados, y era él que estaba probando unos de sus “chiches”.
O la conocida por todo el mundo, que en el balneario de Arrecifes, pasaba por debajo del puente, con la avioneta. O cuando salía a probar el karting por la ruta, y si no le daba para pasar el camión, se metía entre el chasis y el acoplado.
Tenía una agencia de volquetes, y ganó la concesión de levantar el empedrado de la avenida Directorio, acá en capital, y le regaló los adoquines a los empleados, sin enterarse la fortuna que estaba tirando a la basura.
Cuando llevó al Jose (su hijo más grande), a correr el Sudamericano de Karting, le pidió al piloto subcampeón, que le vendiera el karting con el que había corrido. Claro, no sabía que el joven era multimillonario y no necesitaba la plata… le pidió una fortuna. Pero dijo:”… no importa, es el Karting del mejor piloto del mundo…”. Era cuando recién tenía 14 años un brasilero llamado Ayrton Senna Da Silva.

Deportivamente, un pedigrée que no te alcanzan las resmas de un ministerio, para terminar el CV.
Caer de adolescente en Nürburgring, con el Torino número 1, para correr las 84 horas. Preparar un Dodge 1500, para correrle a las coupé Sierra y Fuego, y pasarlas por arriba.
Ganar en TC con las 4 marcas, sin que nadie te putée.
Ser el único piloto, al cual quiso el Mago Oreste Berta, lo cual, determinó que viva un tiempo en Alta Gracia.
Quedarse sin plata, y verse en la necesidad de vender el Falcón con el que había salido 6º en La Plata, con un motor medio pelo, y dos costillas rotas. No obstante, al día siguiente, ya estaba comprando el casco de otro Ford, el cual tardó 13 días exactos en armar por completo y ponerlo en carrera la fecha siguiente, cuando preparadores profesionales, con títulos de ingeniero y pasantías en Europa, no tardaban menos de 8 meses. Claro que el auto que preparaba, siempre iba a ser competitivo.
Más de 100 carreras ganadas en categorías nacionales.
Cuando se cansó de ganar en el Stock Car con el Torino, al darse cuenta que no tenía rivales, le puso GNC al auto y salió 5º…
El tipo, que cuando le dieron la Coupé Chevy que merecía, puso la muñeca necesaria y ganó en Rafaela una carrera de TC después de 24 años, lo que para muchos fue la mejor carrera de esta generación post carretera.
El último de una de pilotos no profesionales, que sin embargo, con un auto preparado por el, un motor prestado y con el auto sin publicidades, ganó esa carrera con el Falcon rojo, con el número 22, (que no solo quedará guardado en mi corazón) rompiendo todos los pronósticos (menos el mío) en un Galvez que estallaba, con gente que no entendía lo que pasaba, con lágrimas en los ojos, de gente que no lo quería.

Cuando se dio cuenta, que le faltaba hacer una más, volvió a su primer amor, el auto que ya no era competitivo en la categoría más popular del automovilismo. Leyó la letra chica del reglamento, y se puso a armar un Toro, que sería revolucionario, por que iba a contar con una trompa con las formas originales, con una posición de manejo mucho más atrasada, así equilibrar el peso de cola, en el que siempre pecaban los Torino y le bajó el centro de gravedad al extremo. Claro, que el mote de Loco no se lo ganó gratis, y el apoyo económico no llegaba a baldasos.
Cuando faltaban semanas nomás, para que el viejo saliera a pista, su hijo más chico, lo llamó para pedirle una data, por que el auto de carrera no le funcionaba en la clasificicación del Top Race, en la carrera de Santa Rosa.
Terco como era, cortó, puso nafta en su helicóptero Robinson R22, y se fue de Arrecifes a La Pampa, atravesando la provincia de Buenos Aires.
Llegó, lo cagó a pedos a su hijo y con 3 vueltas de tuerca y un cambio de espirales, Marcos avanzó 20 puestos y largaba adelante la carrera.
El box era algarabía y festejos, la carrera prácticamente ya estaba ganada con las recomendaciones de Luis. Entonces, se le pidió que se quede hasta el otro día, ya que estaba sin dormir, y así veía ganar a su hijo. Pero se rehusó, tenía que volver a terminar de armar el auto. Se subió de nuevo a ese helicóptero de mierda, y llegó hasta Carlos Tejedor.

Yo estaba armando el cumpleaños de Bocha, una de las tantas Guruschozemm, las fiestas impresentables, que por aquellos tiempos hacíamos con grupos electrógenos y casetes grabados, en casas, que estaban abandonadas. Todavía hoy puedo describir con lujo de detalles, lo que sentí ese sábado a las 18 40, cuando me enteré por TN. El pecho se me vació y el estómago me pedía vomitar… ni fuerzas para llorar dejaba. La fiesta se realizó, y tal vez una lata de cerveza, haya tapado momentaneamente el vacío que había.

El tiempo, me dejó con uno de los mejores momentos dentro de un autódromo. Después de ver como Patricio terminó el auto del padre, con el apoyo de mucha gente. Llegó a Balcarce y ganó la clasifica, pero lo apartaron, por “ilegalidades técnicas”.
Pasaron varias carreras para que el auto que había armado el viejo, sea competitivo.
Pero… llegó ese día, que cambió para siempre mi manera partidaria de ver las carreras.
Carrera en Buenos Aires, tenía la vaca atada, podía regalar entradas a boxes a quién se me ocurra. Y así fue como vinieron mis primos Ñaqui y el Corto, Juani,Daniela, Juan Zavaleta, éramos varios… El Corto, era hincha del Pato, yo era de Ford, como siempre…y por esas cosas de la competencia, peleábamos y discutíamos a ver quien la tenía mas grande y toda la bola. Al momento de la carrera, los ferné ya habían corrido, y nos fuimos a ver la final, a la pista de 4x4 que hay al final del talud. La pelea era entre Henry Martin y el Pato. Dieron una clase tan magistral de manejo, que merecían ganar los dos. En mitad de la carrera, hice memoria, y me dí cuenta lo que significaba que esa carrera la gane Patricio… ese fue el último instante, que fui hincha real de Ford. Empezamos a vibrar todos con la idea de que el Pato gane la carrera. En la vuelta 10, ya se habían pasado varias veces, pero Henry mantenía el Falcon azul y blanco primero. La presión del Torino de Don Roque, le hacía gastar cubiertas al Ford, y la chicana de Ascari, era justo el sector donde se definía la carrera, ya que al tener autos parejos, después de hacer el curvón Salotto y tirar juntos en el kilómetro, no había otra alternativa.
Vuelta 13, se tira a pasarlo y Martin se cierra bloqueando las gomas. En la 14, vuelve a intentar el Pato por afuera pero Henry se queda con la cuerda utilizando lo último que le quedaba de caucho. La vuelta 15, fue el momento cinematográfico de la carrera, por que llegaron a la par y cuando el Pato amaga a ir por afuera, el sanjuanino bloquea más de lo debido, el Pato se mete por adentro arriesgando todo, y Henry se despista perdiendo terreno, pero manteniendo la 2º posición. Estalló la gente. Todos, festejaban… estaban viendo la mejor carrera del año, un espectáculo increíble.
Cuando bajaron la bandera, no la pilotée: deje colgado a todo el mundo, y me fui corriendo al podio. No podía perderme ese momento. Era histórico.
Cuando terminó la conferencia de prensa, y los periodistas no paraban de acechar.
El Pato salió corriendo de la terraza de boxes, para ir a juntarse con su equipo. Nos vimos al mismo tiempo, y ese abrazo me lo voy a guardar como el más sincero que se pueden dar dos desconocidos.

Tuesday, November 27, 2007

Escena de Enola Gay

En noviembre, una lluvia de verano si es noche de jueves en Bajo Belgrano, la escenografía perfecta, para la escena de: largometraje argentino en blanco y negro, de tres recién recibidos de Universidad del cine, a finales de década del 80, principios de los 90.

El muchacho, de unos 25 años. Remera de banda inglesa de los 70. Botella de Heineken descartable de litro. Walkman la siguiente lista.

Me siento mucho mejor – Charly García. Filosofía barata y zapatos de goma
Ni idea – Kevin Johansen. The nada.
Yo te avisé– Los Fabulosos Cadillacs. Yo te avisé
Cerrá bien cuando te vayas – Los Caballeros de la Quema. La paciencia de la araña.

Obviamente, que maquillado por el agua de la tormenta, y con la garganta peleándole al viento, enterando a todos los vecinos que: “ si loco! Me saqué la bomba atómica de encima” Canto y todo me importa un nada!
Por que la emoción del flaco, posta que no le hacía pifiar ni un verso de cada una de las letras, y casi entonaba eh! De hecho, interiormente, sentía que las habían escrito para él, obvio.

Los vecinos por su parte, salían a los balcones a gritar el típico: Callate boludo!

Wednesday, November 21, 2007



Alejandro
LOCUTOR.ESCRITOR.CANTOR.



-Maestro, yo quiero casarme con usted.
-Bueno.
Está bien.
-pero soy menor de edad y tengo novio...
-que lástima! el tema de la edad lo podíamos solucionar, pero lo otro...









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