Cosssas

Programón

Las callecitas de Buenos Aires tienen ese no se qué... Por ahí, es sábado a la noche, y lo mejor que te puede pasar es salir con Indu (amiga, hermana, ñeri, asistente psíquica, y más también...) y terminar en Los 36 billares.
Algunos prefieren los viernes, otros los sábados...yo me inclino por estos últimos, será que de chico tenía que laburar los sábados durante el día... o tal vez no. Muuuucho frío, de hecho casi que fue el primer día de frío verdadero, del año.
La cuestión es que los sábados ahora toca "másquehendrix". O sea, mi 7 en la selección nacional de guitarristas.

Trata de esconder su humildad, y no puede. Arranca con Cafetín...una maravilla. Después de enganchar un par de clásicos, empieza a salirse de repetorio. "... Al gran músico argentino y aprovechando el clima del día...Invierno Porteño", interpretación que indica que este muchacho, se va más allá del límite de las 6 cuerdas. Solamente, por el hecho de tocar un tema de Astor, y salir bien parado.

El hombre sabe que se luce siempre. Ya sea tocando para Goyeneche, grabando en Melopea, o haciendo un "delivery" para 70 personas.
Esteban llama delivery, al hecho de tocar lo que le pidan. Entonces, pide que le pidan. Y empiezan a llegar los papelitos, los gritos, etc.
Un arco iris de músicas que sobrepasaban las fronteras del tango. Vinicius, Pink Floyd, María Elena Walsh, Summertime, Kiss, Chalchaleros, Tom Jobim...en fin, una mezcla importantísima.

Todo esto era confortablemente acompañado por unos Martinis y Cinzanos con ingredientes ( de los cuales, vale destacar el pan frito mojado en la cremita de gruyere...mmm). Se terminaba la primera parte del show, y aceptaba tocar el "hit". Adios Nonino.

Habría que sacarle 6 o 7 dedos para humanizar a este flaco...

Para la segunda parte, cantó una amiga suya, la "Negra" Andrade, que entre Garúa y Yuyo Verde, se destacó una versión extra-delicado, del super masivo tango Naranjo en Flor (obra que merece post aparte, y requerirá de una noche exclusiva)
Indiana es de esas personas, que te siguen en cualquiera, aunque le propongas un viaje en ultraliviano a Bostwana. Esta vez sin aprovecharme, solo compartimos un panqueque de manzana quemado al rhum. Y ya no faltaba nada, para redondear la noche, ya estaba.

Morgado, a continuación, hizo un set de temas de los Beatles... solo digo, que me guardo las versiones de Black Bird y Eleanor Rigby para mi...selentes.
Finalizó con unas canciones de Serrat, que cantó su propio plomo ( de manera super correcta), para el deleite de cuarentones nostálgicos del destape español.
El punto final, fue su versión de Resistiré fusionado con Libertango...la improvisación y miniarreglo de bossa, en el puente del tema...bueno, era un puñal clavado, que se revolvían en las tripas.


Recomendable? mmm, yo diría que es una cita obligada.

Pantallaso


Cómo habra sido la noche, si lo que se rescata es la frase:

"En este boliche, me siento como en un video clip".



Pocas veces, se puede ser tan descriptivo, con tan pocas palabras.

Ahora si!


(por que ya está acá, por que se volvió a tener sentido, y nos conformamos con un Gran Rex)




Cuenta la leyenda, que corría el año 73, y Led Zeppelin cerraba una gira americana en el Madison Square Garden, en NY. En un momento, hubo un desperfecto técnico, en el cual, el estadio se quedó sin sonido. El escenario, se encontraba en el medio del campo. Luego de un murmullo generalizado, la banda, empezó a hacer señas para que se callen todos. Cuando se logró el silencio esperado, Roberto Planta, les dijo a los gritos: "Si se callan, van a escuchar todos".

...y se puso a cantar a capella.



Año 2005, el jefe de gobierno de Buenos Aires, es poco idoneo, y piensa que soluciona todo cerrando los lugares para tocar. Lo poco que queda, se llena, es caro, y casi no dejan entrar a menores. Las bandas tocan temprano, en días de semana, y en lugares donde antes, "no eran del palo". Divididos no es la excepción, y a falta de Teatros, Quilmes Rocks, y bla bla bla, se readaptan al acústico, para tocar en la Trastienda, sentaditos, cómodos, buen sonido y con una cervecita en vaso de vidrio ( deluxe).
La lista de temas, y las reversiones de los arreglos, eran más flasheros que Ravi Shankar en Woodstock del ´69.
El diálogo era permanente con las mesas, que lo tenían al alcance de la mano. En un intervalo, el Tolo salió con una criolla, pidió silencio, se sento en el piso al borde del escenario, y sin mirófono, cantó Spaghetti, para deleite de todo el bar.


Recién, hace un rato, tocaron en el teatro más grande de la calle Corrientes, Mollo hace caso omiso del almanaque, y chequea que la voz sigue mejorando. Me estoy viniendo viejo, y siento que el público cada vez baja más el nivel.
Sin embargo, esa versión de La Ñapi de mamá, y El Fantasio, pagan la entrada.
Imposible, encontrar un punto negro, en Catriel " violero" Ciavarella, que además de ser un animal con la batería, y robar con el bajo, tiene toda la facha. Pero el aparato cardíaco, todavía se queda con el recuerdo de Magoo Araujo, jazzeando y poniendo el swing, que hoy se equilibra con potencia.

Y aunque salga en un devedé, suplico por que el aparatito de MP3 , haya grabado de cualquier manera el recital.

Hipocresía

Morocha crepuscular
de ojeras verde musgo,
dame una mano y sacame
de estos senos que juzgo.


Sin poder quedarme en los puntos suspensivos, sin querer aceptar que me toca un desvío. Puedo respetar que no hay doble mano, pero el empedrado molesta a mi andar.
No quiero empezar a jugar este TEG,nunca tuve fichas para ir a Kantchatka. Prefiero quedarme antes de salir, aunque hoy quiera sol...














* si tuviera cuerdas...