Thursday, February 23, 2006
TEN (10)
Anita Gondell, más allá de todas sus virtudes, tenía un logro casi inalcanzable: fue durante casi una década, el único diez que habíamos conocido en nuestras vidas.
Y por más subjetivo y discutible el rótulo que le pusimos, ya que fue compañerita del secundario en sus jóvenes 16/17 años, nunca estuvo en tela de juicio.
Esto pasó, hasta que conocí a la chica que atiende el kiosco de la terminal de bondis de San Rafael (Mendoza, Argentina) los sábados a la tarde.
Ahora ese olimpo, que creía monoplaza, tiene una integrante más.
no sé si hace falta agregar algo más...
Anita Gondell, más allá de todas sus virtudes, tenía un logro casi inalcanzable: fue durante casi una década, el único diez que habíamos conocido en nuestras vidas.
Y por más subjetivo y discutible el rótulo que le pusimos, ya que fue compañerita del secundario en sus jóvenes 16/17 años, nunca estuvo en tela de juicio.
Esto pasó, hasta que conocí a la chica que atiende el kiosco de la terminal de bondis de San Rafael (Mendoza, Argentina) los sábados a la tarde.
Ahora ese olimpo, que creía monoplaza, tiene una integrante más.
no sé si hace falta agregar algo más...
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