Cosssas

La verdad, que ni ganas de seguir tipeando. Hace ya un rato largo, que estoy acá como una maquinita, escribiendo, y borrando, escribiendo y borrando. Nada me sirve. Un inconformismo, que hoy no me conforma. No estoy para grandes textos, y tengo la certeza de eso. Pero aunque sea, copiar media estrofa de una canción medianamente clásica, que pudiera publicar y pasar desapercibido...y no...
Tengo record mundial en dejar inconclusos proyectos, y esto tiene el plus, de no haber terminado ninguno. Al principio, creí que no me importaba, pero demasiado me importa. Por que podría haber seguido durmiendo, o no...
La cuestión, es que seguimos acá, muy lejos. Lejos por culpa de la distancia.
Esa distancia provocada por niñerías. En donde nos encontramos a 7 cuadras de distancia y terminamos por chatear 6 horas y media. Dormir en la misma cama y no tocarse. Llorar por la misma canción en dos cuartos distintos. O un llamado por teléfono, resulta lo suficientemente costoso.
Y viene Annie Lenox, pregunta ese por qué tan largo, y aprhensivo, y estar quieto es más vetiginoso que el super 8 volante. Y para colmo miro mis manos, con esa mugre debajo de las uñas, despues de tres baños, aunque se que pasarán unos varios más y seguirá allí. Y decir basta es una irresponsabilidad.
El frío no ayuda, la estufa acompaña y me ata a un patíbulo sin torturador.
Insisto y me pregunto ¿que es esto?
(no terminé)